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Salsa y control
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domingo, marzo 19, 2006

Cuestiones del amor (y del despecho)

En el cuento titulado El Frío, Tabaco (malandro de la zona) se entera de que su jeva o ex jeva anda revolcándose con otro, y se deja llevar por un impulso interior y también por los chismes de ley: alguien le ha dicho dónde está ocurriendo la cosa y decide ir a sorprender a la adúltera (o seudo adúltera; el relato dice que Isabela, la muchacha, es su tierna "de la niñez y de la hombría", pero no aclara si es su pareja actual, tal vez porque nunca lo fue en realidad). Tabaco va, armado y furioso, y cuando él sorprende a la pareja una comisión policial lo sorprende a él, etc. etc. Ese etc-etc significa que no voy a contar aquí el desenlace. Prefiero que quien no lo conozca o no lo recuerde lo busque donde es.
El caso es que este hombre violento y despechado, quiso volverse fiera o algo más porque, en un momento particularmente doloroso al inicio del relato, se topó además con la conocida canción del cubano Son 14, esa pieza contundente de Adalberto Alvarez interpretada por el Tiburón Morales:

domingo, marzo 05, 2006

Noche como Boca'e Lobo

Detrás del superbloque 20-21 del 23 de Enero, donde viví de adolescente y adonde regreso cada vez que pierdo el rumbo, la pareja y el piso (cosa que ocurrió sus cuatro veces, hace rato) se levanta el barrio Santa Rosa. En algún punto ese barrio pierde su nombre oficial y pasa a llamarse como lo llama la gente: Camboya. Muchas veces oí decir a la gente del bloque: Ese callejón es una boca'e lobo.
La historia real es ésta: una vez me asomé por la ventana de la sala porque desde el barrio llegaba el ajetreo de una persecución y una balacera, y recuerdo nítidamente haber visto a un sujeto descargarle una ráfaga de metra (una subametralladora) a otro que le disparaba desde una azotea.
Llevado ese terrible episodio a la ficción, en el relato Cuerpo de Noche quien presencia la escena es Primito, un jodedor del bloque que se dedica durante toda una fiesta a relatarles a sus panas cómo fue que vio a aquel tipo recibir la metralla y caer en el monte, de donde no lo han sacado todavía, seguramente porque nadie más lo vio. Primito jode y jode con el cuento toda la noche, mientras de fondo el Añor, dueño del apartamento donde se desarrolla la rumba, también se pone monotemático y repite una y otra vez la conocida pieza de la Sonora Ponceña:

Noche como Boca'e Lobo:

jueves, marzo 02, 2006

Los Entierros - Sobre una Tumba Humilde

Dos creaciones monumentales del Tite Curet Alonso recorren el libro Salsa y Control, expresamente o en sus evocaciones: Los Entierros y Sobre una Tumba Humilde.
La segunda de ellas es, con casi toda seguridad, el homenaje más profundo que conozco a la condición del ser humano pobre y pasional de nuestros pueblos caribeños. Hay unos versos que se me esculpieron en alguna zona del pecho:

Porque nosotros,
los que llevamos por bandera,
por estandarte,
la condición de la pobreza.
Cuando queremos nuestra pasión es verdadera
No hay quien nos gane:
amar es nuestra gran riqueza...

Y, por supuesto, la referencia al siniestrado grupo Madera y al afinque de Marín, a quienes está dedicada la pieza.
Esa canción esclarecedora me sirve de Interludio, para dividir en dos al libro y para anunciar las tragedias (una colectiva y varias personales) que tendrán lugar en la segunda parte. Casi puedo sentir todavía el relámpago que me atravesaba la garganta cuando escuchaba aquella pieza mientras la transcribía para el manuscrito.
En cuanto a Los Entierros, se hizo más conocida y comercial en su momento, y todavía hoy la conoce y/o la recuerda más gente. Aparece insinuada y citada en el relato titulado De mi pobre gente pobre.
No me imagino ninguna de las dos canciones cantada por alguien que no sea Cheo Feliciano. Ese es su intérprete natural; si el Cheo no hubiera existido seguramente el Tite lo hubiera parido para que las interpretara.

Les ruego que no las bailen; tan sólo escúchenlas, y siéntanlas:

Los Entierros:


Sobre una Tumba Humilde:

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miércoles, marzo 01, 2006

Palo pa'Rumba: Si somos guerreros...

El cuento que cierra el libro, titulado Otra noche de línea de gente que corre, hierve en referencias al estallido social del 27 de febrero, y hierve también en salsa brava, en clásicos del género y también en canciones más bien recientes para aquel momento. Una de las citadas, Justicia (Eddie Palmieri) pudiera recoger perfectamente el espíritu del relato y su base real. La letra:
Justicia tendrán
Justicia verán
en el mundo
los desafortunados...
se me antoja a estas alturas visionaria, un pelín profética. Pero la que de verdad suena a 27-F, a alma guerrera, es una que el mismo Palmieri sacó a la calle justo en esos años finales de los 80. Viene incluida en el disco La Verdad, y se titula Palo pa' Rumba.
Escrita en ese castellano extraño, entrecortado y a veces inconexo, pero elocuente y bravío, propio de las canciones del Eddie, la pieza truena sabroso desde la orquestación y desde la voz del joven (para entonces) Tony Vega*:


*= Abajo, en los comentarios, un lector me corrige e informa que el cantante no es Tony Vega sino Luis Vergara. Agradecido, tú.