En el cuento titulado El Frío, Tabaco (malandro de la zona) se entera de que su jeva o ex jeva anda revolcándose con otro, y se deja llevar por un impulso interior y también por los chismes de ley: alguien le ha dicho dónde está ocurriendo la cosa y decide ir a sorprender a la adúltera (o seudo adúltera; el relato dice que Isabela, la muchacha, es su tierna "de la niñez y de la hombría", pero no aclara si es su pareja actual, tal vez porque nunca lo fue en realidad). Tabaco va, armado y furioso, y cuando él sorprende a la pareja una comisión policial lo sorprende a él, etc. etc. Ese etc-etc significa que no voy a contar aquí el desenlace. Prefiero que quien no lo conozca o no lo recuerde lo busque donde es.
El caso es que este hombre violento y despechado, quiso volverse fiera o algo más porque, en un momento particularmente doloroso al inicio del relato, se topó además con la conocida canción del cubano Son 14, esa pieza contundente de Adalberto Alvarez interpretada por el Tiburón Morales:
El caso es que este hombre violento y despechado, quiso volverse fiera o algo más porque, en un momento particularmente doloroso al inicio del relato, se topó además con la conocida canción del cubano Son 14, esa pieza contundente de Adalberto Alvarez interpretada por el Tiburón Morales:
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